Rodrigo Cortés: Los inicios (II)

En 1999 el director y productor mexicano Juan Carlos Rulfo —hijo del célebre escritor Juan Rulfo—, a través de su productora La Media Luna, pone en marcha una original iniciativa cinematográfica: diez jóvenes directores de su país son retados a rodar una película de un minuto de duración en un único plano secuencia disponiendo únicamente de una lata de 400 pies de película y medio día de rodaje. Puesto que la productora está situada en la calle del Calvario y el minuto de duración exigido está más cerca de lo “diminuto” que del corto, la iniciativa es bautizada como Diminutos del Calvario.

El 24 de octubre de 2000, coincidiendo con un especial dedicado al veterano realizador mexicano Arturo Ripstein, el programa Versión Española de La 2 emite como complemento los Diminutos del Calvario. La idea entusiasma tanto al equipo del programa que TVE, en colaboración con la productora Filmart, decide alentar la realización de una edición española de estos Diminutos. Para ello organizan un concurso de microguiones para historias de un minuto a rodar en un solo plano secuencia. Rodrigo Cortés es uno de los diez seleccionados —entre los cuales también se encuentran otros nombres hoy conocidos como Juan Antonio Bayona y Javier Rebollo—, contribuyendo con el segmento Dentro, protagonizado una vez más por Óscar Rodríguez. Se trata de una filmación de marcado corte experimental, en la que el salmantino demuestra que hacer un plano secuencia no implica necesariamente renunciar a los cortes de montaje, la multiplicidad de puntos de vista y el uso de diferentes texturas. Personalmente me recuerda bastante al estupendo arranque de Ojos de serpiente, de Brian De Palma.


En 2001, por iniciativa del realizador Javier Fesser, se celebra la primera edición del Notodofilmfest, un festival de cine que nace con la vocación de utilizar Internet como medio para descubrir y apoyar a los nuevos talentos, y darles mayor difusión de la que permiten los modos tradicionales de producción y distribución cinematográficas. Rodrigo participa en la segunda edición del concurso (2002) con el corto Los 150 metros de Callao, clasificándose como finalista al Premio del Jurado a la Mejor Película. Cortés coge una anécdota sencilla y cotidiana —el recorrido de un par de transeúntes por las calles de Madrid (atención al apellido de uno de ellos)— y le da un tratamiento de retransmisión deportiva, creando un efecto original e hilarante.


A finales del año 2003, por petición de Universal Music, realiza el segundo videoclip de su carrera, para el tema Travesura del músico de flamenco chill José Luis Encinas. De enérgico montaje y repleto de juegos de texturas, en esta ocasión sí que podemos reconocer el estilo de Cortés en cada fotograma. Lo más curioso es que el clip, que muestra al propio Encinas filmando las calles de Salamanca con un tomavistas súper 8, casi parece hecho más a la medida del propio realizador que a la del músico, pues nos remite a sus orígenes como cineasta autodidacta.


Llegados a este punto se hace necesario desmentir una falsedad que he visto repetida hasta la saciedad en cientos de artículos sobre el cineasta. Y es que se acostumbra a describir a Rodrigo como un realizador procedente del mundo del videoclip y de la publicidad, cuando lo cierto es que antes de dirigir su ópera prima el salmantino sólo había realizado dos videoclips —con cinco años de separación entre uno y otro— y ni un solo spot publicitario. Toda la labor publicitaria de Cortés es posterior a Concursante, y ni siquiera es especialmente numerosa. Una muestra de, hasta qué punto, el manejo superficial de determinados datos puede convertir a los medios de información en auténticos medios de desinformación. Y aunque fuera cierto que el salmantino tuviera esa larga experiencia en esos ámbitos profesionales, interpretar la estética videoclipera de sus films como un simple vicio heredado de una práctica profesional anterior denota una alarmante falta de capacidad analítica, en todo caso.

Durante todos estos años Rodrigo no sólo trabajará en sus propios cortometrajes, sino que también colaborará en los de su amigo Carlos Therón, en los que ejercerá las funciones de montador, supervisor de diálogos e intérprete. Pero sobre esta relación profundizaremos más en la próxima entrega de este monográfico.

8 comentarios:

Juan Solo | 18 de octubre de 2010, 2:15

Estoy DEVORANDO este monográfico. Qué maravilla. No sabía casi nada de lo que cuentas, es absolutamente fascinante. BURIED obra maestra, por cierto.

Replicante | 19 de octubre de 2010, 17:53

Yo que me consideraba un experto porque después de Buried he visto Concursante y 15 días...

Interesantísimos artículos sobre un artista que veo capaz de hacer historia. Muchas gracias por descubrirnos todos estos trabajos previos(impagables los 150 metros de Callao e hipnótica la atmósfera de lo de los diminutos) que es un placer conocer.

Tron | 22 de octubre de 2010, 23:06

Me ha entusiasmado el Diminuto (qué pasada), me ha parecido inteligentísimo, divertidísimo y baratísimo los 150 metros de Callao, y he alucinado con el montaje del videoclip. SIGUE SIGUE SIGUE!!!!

Anónimo | 23 de octubre de 2010, 13:13

¿para cuando la siguiente entrega?

Iván Blanco | 23 de octubre de 2010, 13:57

Espero que pronto. El artículo ya está prácticamente terminado, pero soy bastante quisquilloso con la redacción, así que aún tengo que pegarle una o dos revisiones al texto antes de quedarme satisfecho. Espero que para mañana o pasado ya esté listo. Gracias por tu interés.

Bea_Sanz | 24 de octubre de 2010, 15:30

Qué maravilla de artículos. ¡Los estoy devorando!

Bea_Sanz | 24 de octubre de 2010, 15:32

¿Por qué aparece una corrección tachada, en lugar de corregir y punto? ¿No es mejore que esa frase desaparezca, si estaba mal? ¡Ánimo con la serie de artículos!

Iván Blanco | 24 de octubre de 2010, 15:41

Interesante reflexión, Bea xD

En realidad la frase está mal a medias, porque es cierto que Cortés comenzó su carrera publicitaria haciendo anuncios de segunda división pero tiempo después fue fichado por una productora de primera división. Sin embargo, ya había publicado eso y no me gustaba que el texto cambiara "por arte de magia" diciendo algo distinto a lo que ponía en un principio. Pero tienes razón, queda mejor corrigiéndolo directamente y punto.

Muchas gracias a todos los lectores que estáis aportando sugerencias para mejorar la inteligibilidad de los textos. Dentro de poco tendréis lista la tercera entrega del especial ;)

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