Rodrigo Cortés: Los inicios (III)

A lo largo de las primeras entregas de este monográfico hemos ido conociendo a algunos de los primeros camaradas artísticos de Rodrigo: Óscar Rodríguez, Miguelón… pero todavía nos falta hablar de otros dos compañeros de aventuras igualmente importantes: los hermanos Therón Sánchez, Roberto y Carlos.

Roberto y Rodrigo se conocen en el instituto, mientras cursan bachillerato. Ambos comparten la pasión por el cine así que enseguida se hacen amigos. Poco después, ya están trabajando juntos en el primer Súper 8 de Rodrigo, El descomedido y espantoso caso del victimario de Salamanca. Roberto ya tiene cierta experiencia en rodar películas domésticas, pues con una cámara Panasonic que su tía compra en Canarias, él y sus cuatro hermanos se pasan horas y horas grabando imitaciones de Martes y Trece, informativos… incluso se hacen sus propios dibujos animados y animaciones stop motion, a un nivel muy básico, por supuesto. Por aquella época, el pequeño Carlos aún no es más que un niño, pero tiene perfectamente claro que quiere ser director de cine. Así que, con el permiso de Cortés, Roberto lleva a su hermano pequeño al rodaje del segundo corto del orensano, Siete escenas de la vida de un insecto. Desde un rincón, Carlos se dedica a absorber todo el cine que por ahí se destila. Poco a poco, se convierte en una presencia cada vez más habitual en los rodajes de Rodrigo.

Su primer corto lo graba para el concurso Historias de un minuto y pico del programa Esta noche cruzamos el Mississippi. Trata de un chico que espera a una chica en un andén pero ésta no aparece. Al acabar el instituto, hace una prueba para estudiar Comunicación Audiovisual en una universidad privada pero no es aceptado y, al igual que Cortés, decide estudiar Historia del Arte mientras se forma como cineasta de manera autodidacta, siempre bajo la tutela del maestro Rodrigo, que le enseña a fijarse en la técnica y en la narrativa y le recomienda, sobre todo, ver mucho cine clásico. El orensano le transmite su pasión por el cine de Buster Keaton y le impulsa a estudiar la complejidad de sus montajes. No es de extrañar, pues, que el primer corto serio de Carlos —Comunica, una sencilla historia de un chico que hablando por teléfono en una cabina se fija en los zapatos de una chica— también sea mudo y en blanco y negro, al igual que los primeros trabajos de Cortés. En cierto modo es lógico: ¿qué mejor manera de aprender la narrativa que meterse en la piel de aquellos pioneros que tuvieron que ingeniárselas para contar historias sin poder hacer uso de la palabra, simplemente a base de exprimir al máximo el poder semántico de las propias imágenes?

Pronto Rodrigo empieza a involucrarse personalmente en los trabajos de su pupilo, participando en calidad de montador y supervisor de diálogos en tres de sus cortometrajes: La ley de Murphy (2000), Interruptus (2003) e Impávido (2007), todos ellos ganadores de numerosos premios. En los dos primeros, además actúa, y diseña los títulos de crédito del segundo —firmando con su pseudónimo, Gonzalo Giráldez—. Y aunque argumentalmente las historias que cuenta Therón no se parecen en nada a las de Cortés —Carlos practica una comedia de acción próxima al cine de Quentin Tarantino y Guy Ritchie—, se nota la mano del orensano en los textos y, sobre todo, en los trepidantes montajes marca de la casa, dejando en evidencia hasta qué punto una película es una obra colectiva y cómo el resultado final de lo que vemos en pantalla no es exclusivamente mérito del director, figura a la que a veces endiosamos en demasía olvidándonos de la impronta que dejan el resto de colaboradores.

De estos tres cortometrajes, tal vez el que más nos recuerde al propio cine de Cortés sea Interruptus. En primer lugar porque se nota mucho su mano en el montaje, y en segundo lugar porque en él volvemos a encontrarnos con muchos de los intérpretes salidos del Gran Café-Teatro de la Vega: Óscar Rodríguez, Miguelón, Ángel González Quesada, el propio Rodrigo… Entre ellos también está Roberto, que coguioniza el cortometraje junto a su hermano —que también hace un pequeño cameo al final del corto— y Alfonso Aranda.



Impávido está protagonizado por rostros mucho más conocidos para el gran público, como los de Julián Villagrán, Pepo Oliva, Nacho Vidal, Manolo Soto o Marta Torné, aunque Óscar Rodríguez y Miguelón también están presentes. Precisamente gracias a la web no oficial de la actriz puedo poner el cortometraje a vuestra disposición. Lamentablemente la compresión del vídeo reduce muchísimo su calidad y la enorme «mosca» de la esquina inferior derecha resulta bastante molesta, pero menos da una piedra.



Carlos también participa en la cuarta edición del Notodofilmfest, con el cortometraje Guerreros del Témpano, «la película más espectacular, entretenida e impactante comentada por su creador». Creo que Rodrigo no tuvo ningún tipo de participación en este trabajo, pero ya que estamos repasando los orígenes cinematográficos de Therón, qué menos que ponerlo también. Resulta bastante simpático y además nos demuestra, una vez más, que no es necesario disponer de grandes medios para hacer un corto interesante.


A día de hoy, Carlos Therón está afincado en Madrid y es todo un profesional reconocido. Ha realizado spots para productoras de primera división como 2con3 y Framestorming y videoclips para Una décima de segundo producciones, como los de El secreto de las tortugas, de Maldita Nerea —canción para la que graba dos clips, uno en 2006 y otro en 2007; en el primero realiza algunos juegos de pantallas parecidos a los ya ensayados por Cortés en Dentro— y Pirata del estrecho de Los Delinqüentes (2006). Junto a Antonio J. García —su director de fotografía habitual— crea su propia compañía de producción audiovisual: Producciones Líquidas. Rueda algunos documentales, entre ellos En la cuna del aire, que gana el Goya al mejor cortometraje documental en 2006. Monta y produce Miente, de su paisana Isabel de Ocampo, ganadora del Goya al mejor cortometraje en 2008. Ha dirigido algunos episodios de la exitosa serie de Antena 3, Los hombres de Paco, cadena para la que ha realizado también numerosas promos y cortinillas. Acaba de finalizar en Gijón el rodaje de su ópera prima, Impávido, adaptación al largometraje de su célebre corto. Dado que todos estos trabajos se salen de los límites de este monográfico, nos limitamos a mencionarlos de pasada, aunque puede que dentro de algún tiempo, coincidiendo con el estreno de Impávido, hagamos otro especial dedicado a repasar con mayor detalle los primeros trabajos de Carlos Therón.

Antonio J. García, además de ser el director de fotografía habitual de Therón, también lo ha sido de dos videos musicales de Cortés: Travesura, de José Luis Encinas —ya visto en la anterior entrega de este monográfico— y Vincenzo el italiano, de La banda del Capitán Canalla. Los lectores más avispados recordarán que en el último artículo se señaló que Cortés sólo había realizado dos videoclips antes de dirigir su ópera prima, afirmación fundamentada en unas declaraciones efectuadas por el propio director en marzo de 2007. Sin embargo, el historial profesional de García nos descubre, por sorpresa, la existencia de un tercer clip anterior a esa fecha. No cabe duda: esos flashes, esos juegos de texturas, ese enérgico montaje delatan al artista detrás de las cámaras. ¿Qué oscuras intenciones han podido impulsar al orensano a omitir este trabajo de su currículo? Supongo que habrá sido víctima de algún tipo de amnesia disociativa, porque no me imagino ningún motivo por el cual quisiera renegar de haber trabajado con cuatro gigantes de nuestra cultura como Andrés Pajares, Fernando Esteso, José Manuel Parada y Alfonso Aguado. Y es que, por si no fuera poco ser el autor de uno de los cortometrajes más premiados de la historia del cine español, del mejor corto de aspiradoras del mundo y de la mejor película ambientada en un ataúd, Rodrigo Cortés también puede presumir de haber filmado la largamente esperada reunión de Pajares y Esteso después de 17 años de separación profesional. ¿Quién da más?


Y no podemos acabar el artículo sin retomar a la persona que nos sirvió de excusa para comenzarlo: Roberto Therón. A diferencia de Carlos y de Rodrigo, Roberto desarrolla una larga trayectoria en la Universidad: se licencia en Informática, Comunicación Audiovisual y Humanidades, se doctora con una tesis sobre Robótica y actualmente desempeña labores de docente e investigador en la Universidad de Salamanca, donde es encargado del grupo VisUsal. Es obvio que con tanto trabajo no ha tenido demasiado tiempo libre para rodar, pero no ha perdido la vocación de contar historias. Además de coescribir Interruptus e Impávido, también ha escrito y dirigido un cortometraje, Desilencio, presentado en la primera edición del Notodofilmfest, aunque escrito originalmente para los Diminutos del Calvario (de ahí la duración de un minuto). En él volvemos a encontrar un montón de rostros que ya nos resultan familiares, incluido el de Rodrigo, que también se encarga del montaje y de los títulos de crédito —firmando nuevamente con pseudónimo—. Por cierto, no sé si os habéis fijado ya en que Rodrigo tiende a usar siempre una tipografía similar a la hora de diseñar las secuencias de títulos.


Y aquí ponemos punto final al repaso de los primeros trabajos de Rodrigo Cortés. En la próxima entrega ya nos meteremos de lleno en su ópera prima, Concursante, aunque os advierto que las sorpresas no acaban aquí, y que seguiremos dando a conocer trabajos de Cortés poco conocidos. Por supuesto, no quiero despedirme sin darle las gracias al mismísimo Roberto Therón, sin cuya desinteresada colaboración no me hubiera sido posible completar este artículo.

11 comentarios:

Juan Solo | 25 de octubre de 2010, 3:11

Pues francamente, no sé de quién es este monográfico. Dos cortos, más o menos chulos, de un amigo (que ha montado Rodrigo, sí; de hecho, lo mejor es el montaje), un videoclip donde se ve un talento digno de mejor causa (muy mala canción, muy mal guión, y un director sacando petroleo visual que jamás lucirá), y una tontería de otro amigo, hermano del amigo. Esta tercera parte ha quedado muy dispersa, ¿no? Está bien para completistas, pero no dicen demasiado de la obra de Cortés, y dan la impresión de que su carrera es una especie de colaboración (con gente que aprende de él), cuando su trayectoria está llena de fuerza y rabiosa personalidad, dejando muy atrás estos ejemplos que enseñas. Es sólo una opición, no una propuesta para cambiar nada, pero el artículo me ha parecido desequilibrante respecto de los otros, porque deja en posición de igualdad aventuras muy menores, y además ajenas. Pero se agradece el esfuerzo. Queremos más Cortéssssss.

Solo Juan | 25 de octubre de 2010, 16:32

Interesante información. Buenisimos los cortos de Carlos Theron donde se ve la magistral mano de Cortes pero Theron no se queda cojo, solo su curriculum (que desconocía) habla por si solo. Yo también estoy interesado por conocer mas de Cortes pero la información que se ha incluido aquí, lejos de parecerme prescindible me ha permitido descubrir el talento de otro director.Espero poder ver Impavido pronto en un cine.
En cuanto a Cortes, que mas decir que no se haya dicho de el, simplemente me quito el sombrero...espero la siguiente entrega con impaciencia...Gracias Ivan

David Laviè | 26 de octubre de 2010, 6:33

Hablas del mejor corto de aspiradoras del mundo, pero o a mi se me pasó al leerlo, o creo que no mencionas que ese corto es 'Dirt Devil', dirigido, escrito y montado por Cortés.

Iván Blanco | 26 de octubre de 2010, 14:42

Siento que este artículo no te haya emocionado demasiado, Juan. Cierto que los trabajos expuestos aquí son menores, y no son proyectos personales de Rodrigo, pero de algún modo, creía que era necesario exponerlos, del mismo modo que creo que un dossier sobre Quentin Tarantino estaría incompleto sin hacer alusión a sus recurrentes colaboraciones con Robert Rodriguez, independientemente de que el primero sea un gran cineasta y el segundo sea bastante mediocre.

Montar para otros y resolver encargos ajenos también es parte de la formación de un artista, y en esta serie de artículos intentamos ofrecer una visión lo más completa posible de dónde viene Rodrigo, incluyendo los trabajos menores. Recuerdo un artista (creo que era Picasso) que afirmaba que sólo el 10% de lo que producía un creador merecía la pena, y que el resto era basura, pero que sin las valiosas lecciones que se aprenden de cada uno de los fallos cometidos o existirían las obras maestras.

Por otra parte, si bien es cierto que Cortés es un artista muy personal, también creo que los genios no nacen de la nada. Si te fijas en la Historia del Arte, casi todos los grandes maestros (ya sea de la pintura, literatura, teatro, música...) se formaron en compañía de otros artistas, con los que producen un continuo intercambio de ideas. No tendríamos Van Gogh sin Gauguin, Buñuel sin Lorca, Shelley sin Byron, Shakespeare sin Marlowe. Los genios no salen de la nada, y por eso es tan importante hablar de los compañeros de viaje de Cortés. Pero tranquilo, que del orensano tendrás material para dar y tomar en este blog.

David, por supuesto que me refiero a Dirt Devil, aunque no hago mención directa porque cronológicamente el corto es posterior a Concursante, así que aún no toca hablar de él xD

Anónimo | 5 de diciembre de 2010, 16:55

Ya no hay másssss?????

Iván Blanco | 6 de diciembre de 2010, 22:29

Un poco de paciencia, últimamente ando un poco escaso de tiempo libre, pero por supuesto que seguiremos con el monográfico de Cortés. A ver si esta misma semana puedo publicar la siguiente entrega.

Muchas gracias por tu interés.

Enterado | 16 de enero de 2011, 10:49

Se acabo?....

Iván Blanco | 17 de enero de 2011, 13:49

Siento mucho por la tardanza, diversos motivos han hecho que me esté retrasando con el desarrollo del monográfico más de lo esperado. Os prometo nuevos artículos pronto, un poco de paciencia. Y muchas gracias a los que estáis demostrando tanto interés.

Frizork | 17 de enero de 2011, 14:00

No te preocupes hombre. Si algo me gusta de Positivando es la calidad de los artículos. Tómate tu tiempo para seguir como hasta ahora. Si os falta tiempo a los dos siempre podéis intentar buscar a un tercer redactor.

Iván Blanco | 30 de enero de 2011, 18:22

Desde luego tener más redactores nos ayudaría a tener el blog más frecuentemente actualizado, pero eso el problema no es tanto ese como el de no dejar colgados los proyectos que empezamos, como los estudios de Rodrigo Cortés o los Hermanos Coen o el ciclo de Cine invisible, y que son iniciativas personales del redactor que los crea xD

Woolly | 8 de mayo de 2012, 18:51

Hoy he descubierto por azar vuestro blog (bendito azar!) y me parece sensacional. Además, me habéis tocado en una de mis más tiernas (por recientes) pero profundas debilidades: Rodrigo Cortés.
Llevo un rato largo leyéndome todo lo que habéis escrito de él y es fascinante, he descubierto un montón de información sobre él y os tengo que dar muchas gracias por ello.
Hace pocos días pude ver "Concursante" y me quedé sin palabras..
No pienso perderos la pista a partir de ahora, ya os he agregado a favoritos. Hasta pronto!

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