'Buried' en Blu-Ray y DVD | Continuación del monográfico

Como supongo que ya sabrán la mayoría de nuestros lectores a estas alturas, el próximo 15 de febrero se pone a la venta Buried (Enterrado) en DVD y Blu-Ray. Ambas ediciones vienen acompañadas de un buen puñado de contenidos extras:

  • Teaser.
  • Tráiler.
  • Making of.
  • Audiocomentario de Rodrigo Cortés.
  • Documental: Apuntes sobre la planificación.
  • Documental: Iluminando la caja.
  • Documental: Música bajo tierra.
  • Documental: Una serpiente en mi ataúd.
  • Documental: Efectos digitales: paso a paso.
  • Documental: Sangre y arena.
  • Documental: Breath no breath.
  • Entrevista a Rodrigo Cortés en el programa Hoy, con Iñaki Gabilondo.
  • Entrevista a Rodrigo Cortés en el programa Buenafuente, con Andreu Buenafuente.
  • Ronda de preguntas y respuestas en el Festival de Sundance 2010.
  • Clausura del Festival de Deauville.

Según las fichas de sendas ediciones consultadas en varias tiendas, la única diferencia entre los extras del Blu-Ray y del DVD es que este último no incluye el audiocomentario de Rodrigo Cortés. Lo cual, de ser cierto ―podría ser una errata―, sería una lástima porque el audiocomentario del director suele ser, al menos para un servidor, uno de los extras más valiosos que puede incluir una película ―y si el director es Rodrigo Cortés, más valioso aún― y es una pena que toda la gente que aún no se ha pasado al nuevo formato de alta definición no vaya a poder disfrutar de un extra tan suculento.

Asimismo, junto a estas dos ediciones, saldrá a la venta un Combo Pack exclusivo para tiendas Fnac, que incluye el Blu-Ray, el DVD y un libreto ―desconozco el contenido del mismo, aunque por la foto no tiene mala pinta―, presentados en una caja especial para coleccionistas. Además, si reserváis ya este combo en Fnac.es os lleváis de regalo el Zippo de la película (os juro que no me dan comisión por esto). Los precios de salida recomendados para cada una de las ediciones son: 18,95 € para el DVD, 19,95 € para el Blu-Ray y 23,95 € para la Edición Coleccionistas.


Aprovecho la ocasión también para anunciar que en los próximos días publicaremos nuevos artículos del monográfico dedicado a Rodrigo Cortés, después de un largo paréntesis de casi tres meses que seguro que a muchos lectores se os ha hecho eterno, a tenor de todos los comentarios que nos habéis enviado preguntando cuándo retomaríamos el estudio.

Eso sí, con vuestro permiso, lo haremos introduciendo un pequeño desorden cronológico, saltándonos la obra que ahora nos tocaba analizar, Concursante, dejando su examen para más adelante. La principal razón por la que el monográfico ha estado parado tanto tiempo es que aún no he terminado de organizar toda la parte del estudio centrada en la ópera prima de Rodrigo Cortés. Pero dado que sí tengo casi rematados la mayoría de los artículos que vienen después creo que será mejor ir publicando estos mientras voy finiquitando los que me están dando más guerra. Supongo que a aquellos que ya estén acostumbrados al habitual desorden narrativo de las obras de Cortés no les supondrá un problema que yo también recurra a «el tipo de orden que sigue un niño al vestirse» para estructurar este monográfico.

Por otra parte, quiero apresurarme a publicar el análisis de Buried antes de ver todos esos contenidos extras que incluye la edición doméstica de la película, pues creo que no tiene el mismo valor intentar deducir por uno mismo las razones que han impulsado a un artista a tomar determinadas decisiones creativas que limitarse a transcribir las palabras que uno ha escuchado de la boca del director. Por eso quiero exponer mi visión actual de la película antes de que esta se vea excesivamente condicionada por las explicaciones del propio Cortés.

Tal vez no tenga mucho sentido publicar estas reflexiones en este momento. Lo propio habría sido hacerlo hace cuatro meses, cuando la película se estrenó en cines. Ahora que el audiocomentario y los documentales con Rodrigo Cortés desgranando la película con todo lujo de detalles van a estar a disposición de cualquiera, este análisis quedará obsoleto, pues la única persona que conoce todos los pormenores de una obra de arte es su autor, y seguramente muchas de mis conjeturas sean equivocadas. En cualquier caso, creo que lo verdaderamente importante de un análisis no es tanto el acertar o no acertar las razones por las que un artista ha tomado determinadas decisiones creativas como todo el proceso de reflexión que conlleva detrás, aunque las conclusiones no sean coincidentes con la realidad de los hechos.

Además, he estado dedicándole demasiado tiempo a la preparación de estos artículos como para no publicarlos ahora. ¡Si hasta me tomé la molestia ―ante la imposibilidad, hace unos meses, de tomar capturas específicas de la película― de dibujar mis propios storyboards para ilustrar mis artículos! Después de haber visto la película dos veces, asistí a una tercera proyección equipado con una pequeña libretita para tomar apuntes y hacer bocetos de las escenas que más me interesaban. En cierto modo, fue una experiencia casi metacinematográfica, pues al mismo tiempo que Paul Conroy utilizaba la luz de su móvil para iluminar el ataúd, yo usaba la luz del mío para alumbrar mi cuaderno.

Os habréis dado cuenta que en todo momento estoy hablando de análisis, y no de crítica. A lo largo de todo de este estudio no voy a publicar ninguna crítica ni de Concursante ni de Buried. No me interesa. La red está llena de críticas de ambas películas, muchas de ellas escritas por gente más erudita que un servidor, así que os remito a ellas. Si bien es cierto que ambos conceptos son interdependientes e inseparables ―toda crítica implica un análisis previo, y todo análisis necesariamente conduce a un juicio crítico― lo que quiero enfatizar es que no me interesa tanto entrar a valorar si una película es buena o mala como estudiar los porqués ocultos detrás de las decisiones creativas.

Creo que los conceptos «bueno» y «malo» pueden llegar a ser muy relativos en función de la perspectiva con que se miren. Por supuesto, yo tengo mi punto de vista, que es personal e intransferible, y no tiene por qué coincidir con el de los demás. Que una película me parezca una obra maestra o una mierda pinchada en un palo creo que es algo que no le interesa a nadie más que a mí. Por eso, enarbolar una opinión personal como si de una verdad absoluta se tratara, como hacen muchos críticos, me parece una labor muy poco provechosa. Nadie va a cambiar su opinión negativa o positiva de un film por muchos argumentos a favor o en contra que yo pueda esgrimir sobre él.

Mucho más productivo me parece, en cambio, estudiar a fondo una obra para comprender por qué está hecha de esa manera y no de otra. Creo que es mucho más instructivo y didáctico para todos, tanto para los defensores de la película como para sus detractores. A los primeros, puede ayudarles a entender mejor la obra que aman; a los segundos, a ver que ese film que tanto odian también tiene aspectos de interés que tal vez habían pasado por alto. Y a eso nos dedicaremos en las próximas entregas de este monográfico.


Anteriores entregas del estudio Rodrigo Cortés:

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